El escultor mexicano, quien celebra 50 años de carrera, exhibe nueva cerámica en blanco y negro
Excelsior, Virginia Bautista
Un río de piezas de cerámica plegadas, comprimidas, cortadas; todas en blanco y negro, “el máximo contraste, los opuestos”, y con líneas que evolucionan y crecen “como si fueran algo vivo”.
Líneas blancas que se deslizan a su antojo sobre un fondo negro o gajos negros que se asoman en una superficie blanca, dejando manchas o huellas en las vasijas de formas caprichosas, dinámicas, en las que cada nudo u orificio tiene un significado.
El escultor mexicano Gustavo Pérez (1950) exhibe en Autorretratos, muestra que se inauguró anoche en la Universidad del Claustro de Sor Juana, 220 obras confeccionadas de 2017 a la fecha que dan cuenta de sus 50 años de relación con el barro.