Tengo miles de piezas. Muchísimas de ellas no han sido nunca expuestas. Y son una realidad de mi trabajo, una muestra de lo que entiendo por creatividad: un proceso interminable en el que las ideas se van desarrollando poco a poco, de una pieza a la siguiente, para ocasionalmente llegar a conseguir algunas buenas. Pero para conseguirlo he necesitado hacerlas todas.
Desarrollar a fondo un tema es investigar de manera muy sistemática las diferentes opciones que el propio trabajo va ofreciendo. Pero también, y aunque esto parece contradictorio con la idea de ser consecuente, con la capacidad para en un momento dado abandonar este proceso y brincar a algo nuevo cuando una nueva posibilidad aparece y se impone explorarla.