Gustavo Pérez

En la obra de Gustavo Pérez la escritura está siempre visible. En sus piezas se impone de manera inmediata el rigor de la forma; nada parece producto del azar, ni capricho del demiurgo. El rigor en este artista se reviste con todos los atavíos de una elegancia no epidérmica ni decorativa sino esencial. Pero tras ese rigor y esa elegancia ascética, qué inmenso universo de juegos, de tensiones, de convivencias, de rupturas y reconciliaciones entre forma e instinto, entre impulso y razón, podemos adivinar.